EUROPA
PRESS
5 febrero
2021
Las
secuelas de la Covid-19 en nuestro cabello
La caída excesiva del cabello se ha
convertido en una secuela provocada por la infección por Covid-19; es lo que se
conoce como efluvio telógeno agudo, y es un efecto temporal que se ha observado
que padecen de forma más común las mujeres y que suele resolverse a medio
plazo, según la clínica especializada en medicina capilar MC360.
Puede aparecer hasta tres meses después de haber cursado la
enfermedad, ya que, por la inflamación o estrés celular, el folículo deja de
crecer y entra en periodo de reposo. Además, esta caída se ha visto
incrementada por las situaciones de estrés y ansiedad que viven los pacientes.
"Este virus produce una caída de cabello que creemos
que es debida a la propia inflamación celular global que se origina. No
obstante, el efluvio telógeno, que lleva al paciente a perder mucho más de los
50 a 100 cabellos que suelen caerse por día, es un proceso transitorio que
tarda aproximadamente entre tres y seis meses en recuperarse por
completo", explica la directora médica de la clínica MC360, la doctora
Cristina Morante.
Además, haber pasado la enfermedad de una forma más grave
puede llegar a fomentar este efecto secundario, dado que los pacientes que han
presentado más síntomas y más fiebre durante la enfermedad suelen sufrir una
caída más aguda y una mayor pérdida de pelo.
No guarda relación con problemas capilares previos
Sin embargo, este efluvio telógeno no se ha relacionado por
el momento con otros problemas capilares previos de los pacientes. "Hemos
comprobado, sobre todo, que mujeres que cuentan con un cabello denso y fuerte
han presentado caídas muy abundantes", indica la doctora.
"Algunas están acudiendo a su médico o dermatólogo por
la pérdida de pelo tan masiva que están experimentado, incluso en grandes
mechones. Por otro lado, hemos evidenciado también caída en pacientes postoperados en seguimiento", detallan desde MC360.
Asimismo, el estrés emocional y físico provocado por la
incertidumbre derivada de la pandemia es en sí misma una causa de la caída del
cabello que agravaría la propia acción del virus. Esta alopecia produce, a su
vez, una ansiedad en el paciente que le dificulta el crecimiento del cabello;
por lo que tratar este problema adecuadamente será primordial para ayudar a
minimizar o evitar la alteración psicológica que provoca la propia caída.
De esta forma, la alimentación será un factor clave a la
hora de tratar este trastorno y potenciar el crecimiento del cabello.
"Será fundamental llevar una alimentación sana y equilibrada con todos los
nutrientes, nunca carente en proteínas, ya sean vegetales o animales",
afirman desde la clínica.
"Por ello, lo más recomendable será realizar una
analítica completa en búsqueda de carencias para suplementar nuestra dieta; con
alimentos que nos aporten oligoelementos, vitaminas y aminoácidos o, incluso,
con suplementos nutricionales específicos de vitaminas como la vitamina D, que
no es posible corregir solo con alimentación", subraya la directora médica
de MC360.
Por último, otras recomendaciones a seguir para fortalecer
el pelo y evitar su caída se basan en mantener el cuero cabelludo sin picores,
caspa o exceso de grasa, para que el folículo pueda desarrollarse sin
problemas, así como seguir los hábitos de higiene y cepillado habituales para
ayudar a desprender el pelo que está a punto de caer y que el nuevo crezca
antes.